Si has realizado un estudio de bike fitting, ¡felicidades! Has dado un gran paso hacia una experiencia de pedaleo más cómoda, eficiente y libre de lesiones. Sin embargo, el trabajo no termina cuando sales del estudio: es fundamental rodar varias veces después del ajuste para asegurarte de que la nueva posición se adapta bien a tu cuerpo y realizar pequeños retoques si es necesario.
Uno de los principales motivos para rodar varias veces después de un bike fitting es que tu cuerpo necesita tiempo para adaptarse. Si has cambiado la altura del sillín, la posición del manillar o el ajuste de las calas, es normal que sientas una diferencia en la postura y en la distribución del esfuerzo. Algunos músculos pueden trabajar más de lo habitual y otros menos, lo que puede generar sensaciones nuevas durante las primeras salidas.
Rodar con frecuencia después del fitting te permite evaluar cómo responde tu cuerpo y detectar cualquier molestia que pueda aparecer con el tiempo.
Aunque un bike fitting bien hecho es muy preciso, cada ciclista tiene sensaciones diferentes en la carretera. A veces, pequeños ajustes adicionales pueden marcar la diferencia en comodidad y rendimiento. Por ejemplo:
Si sientes presión en la parte delantera de la rodilla, quizás el sillín deba ir un poco más atrás.
Si notas hormigueo en las manos, puede ser necesario revisar la inclinación del manillar.
Si hay molestias en los pies, un pequeño cambio en la posición de las calas puede solucionarlo.
Realizar varias salidas y prestar atención a estas señales te permitirá optimizar la configuración final.
No todas las rutas son iguales. La posición en la bicicleta puede sentirse perfecta en una sesión de rodillo o en terreno plano, pero al enfrentar subidas, descensos o largas horas sobre el sillín, pueden aparecer nuevas sensaciones. Rodar en distintas condiciones te da la oportunidad de verificar si todo sigue funcionando bien en cualquier tipo de terreno.
Si bien un bike fitting busca la mejor posición posible desde el inicio, en algunos casos es recomendable realizar ajustes progresivos. Algunos ciclistas pueden necesitar un periodo de transición, especialmente si han cambiado una postura con la que llevaban años pedaleando. Ir adaptando la posición poco a poco puede hacer que la transición sea más natural y cómoda.
El bike fitting es una herramienta poderosa para mejorar tu experiencia en la bicicleta, pero su verdadero valor se aprecia cuando lo llevas a la práctica. Rodar varias veces después del ajuste te permitirá adaptarte a la nueva posición, detectar posibles mejoras y asegurarte de que cada pedaleada sea eficiente y cómoda. No dudes en volver a ajustar detalles si es necesario y disfruta del proceso de encontrar tu postura ideal. ¡Nos vemos en la ruta!